Una mirada a los destilados y especialmente al Ron

La destilación es un proceso muy antiguo que se comenzó a utilizar unos 200 a.C., algunas investigaciones sugieren que las primeras destilaciones se realizaron en Egipto, China y Mesopotamia, para aquella época el enfoque era hacia lo medicinal, así como para la creación de esencias y perfumes.
Refiriéndonos específicamente a la obtención de alcohol a través de la destilación, hay investigaciones que señalan que los chinos destilaron una bebida de arroz, en el año 800 a.C. Posteriormente países como Portugal, España y Francia produjeron bebidas espirituosas después de tener contacto con los árabes, pero de forma limitada.
Más adelante, en los siglos XIV y XV, durante las invasiones turcas a Europa, se transfirieron muchas costumbres y secretos, entre ellos estaba la destilación con el uso del alambique, a partir de este momento se volvió habitual el consumo de bebidas alcohólicas espirituosas y nace la necesidad de usar diferentes materias primas para generar los diferentes destilados que conocemos actualmente.
Lo primero para obtener una bebida espirituosa, el ingrediente principal
Ya hemos comentado que prácticamente podemos usar cualquier material de origen vegetal para la producción de los destilados, tal es el caso del agave, la papa, las uvas, los cereales como la cebada, el maíz, el trigo, centeno o la avena, en el caso del Ron la materia prima es la dulce y maravillosa caña de azúcar.
La destilación de los jugos fermentados de la caña da como resultado el inicio de nuestra bebida favorita, el versátil Ron, que desde hace siglos desarrolla su historia, muy ligado a los cultivos de caña.
¿Cómo creamos el alcohol? ¡Con la fermentación!
En esta etapa ocurre parte de la magia, crear alcohol, para ello invitamos a este proceso a las levaduras, quienes son las responsables de comerse el azúcar y convertirlo en alcohol, para cada caso se requiere de una temperatura adecuada y del líquido azucarado, en el caso del Ron el jugo de caña o la melaza.
Después para hacer más perfecto aún este proceso, en la medida que la levadura hace su trabajo, aumenta el alcohol y se agota el azúcar, dejándola sin alimento, este es el final de su acción transformadora.
Ahora sí, vamos a destilar
En este punto del proceso se incrementa el grado alcohólico que se obtuvo previamente con la fermentación, en este proceso separamos el agua del alcohol, aquí nos ayuda mucho que el alcohol se transforma en vapor a una menor temperatura que el agua, por lo tanto, al aplicar calor obtenemos un resultado mmás concentrado y libre de impurezas.
Finalmente, hay que dar las últimas pinceladas a nuestra obra de arte
Ya hemos visto que, de manera general, los espirituosos tienen en común un mismo proceso, pero además de las variaciones, desde la materia prima de la que partimos, hasta los pasos que seguimos, cada destilado e incluso, cada marca, tienen sus secretos, esos que hacen que tengamos productos muy especiales y únicos, tal es el caso de los rones que representan la marca Ron San Miguel.
Muchas de esas pinceladas logran ajustar características como el color, el aroma, el increíble sabor y grado alcohólico, en el caso del Ron, en los últimos años, las grandes casas roneras han entregado al mercado un producto que además de versátil ha evolucionado generando que consumidores exigentes encuentren en este destilado un mundo de sensaciones y experiencias cada vez más sublimes.
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